Vistas de página en total

jueves, 13 de febrero de 2014

El gin-tonic suma y sigue

No es el cóctel más consumido, pero sí
del que más se habla. En los últimos años el gin-tonic ha revolucionado
por completo las barras de los bares en España, lineales de
supermercados e incluso empresas familiares que han encontrado en esta
moda una oportunidad para reinventar su negocio.




 Gin tonic preparado. Imagen: Efeagro/ Cristian GerhardtGin tonic preparado. Imagen: Efeagro/ Cristian Gerhardt


Frente a la estrepitosa caída del consumo de
otras bebidas espirituosas, la ginebra es la única que crece. En 2013
sus ventas se dispararon un 7,6 % y su cuota de mercado ascendió a un 16
%, una cifra con la que el destilado de enebro pisa los talones al
whisky y al ron, los tradicionales reyes de la fiesta.


El impacto de la fiebre del gin-tonic en la hostelería es indiscutible. El secretario general de la Federación Española de Hostelería y Restauración (FEHR),
Emilio Gallego, reconoce que esta moda ha obligado al sector a
replantearse aspectos como la cualificación de su personal o el surtido
de marcas que ofrecen al cliente.


“Antes la mayoría de bares no tenían más de dos marcas de
cada bebida alcohólica. Esta moda les ha obligado a hacer lo que
llamamos ‘picking’ (botelleo)
, a tener menos cantidad pero mayor abanico de marcas, para agradar a todo tipo de clientes”, afirma.


Los consumidores se han vuelto más exigentes, quieren calidad y el
bar está obligado, más que nunca, a dársela. “Ahora se bebe menos, pero
mejor”, afirma Gallego. El resultado es que fuera de bares
especializados hay más camareros saben preparar un buen cóctel, a veces
auténticos “showman”, con cucharillas rizadas o coladores para el hielo,
hierbas frescas y copas de balón.


¿En casa o en el bar?

Los ahora llamados “mixólogos” tienen conocimientos de botánica y
dicen preparar gin-tonics a gusto de cada cliente: cítricos, afrutados,
secos o florales. Todo con un inevitable impacto en el precio final del
combinado.


Nada que ver con su primera versión, que tuvo lugar en la India
británica, donde la tónica se hizo popular por sus propiedades
beneficiosas contra la malaria. Los militares la utilizaron entonces
para aderezar sus copas y, de paso, hacerlas más económicas.


Por los azares de las modas o como respuesta creativa a un consumo en crisis,
el resurgimiento del gin-tonic ha calado especialmente en España, más
incluso que en su país de origen, donde el precio de las espirituosas
convierte el cóctel en un lujo inasequible.


El “boom” no termina en la barra: el consumo de alcohol en los
hogares es cada vez más sofisticado y muchos se atreven a practicar el
arte de la coctelería en casa.


De ello se han dado cuenta establecimientos como el “Oliver Club” de
Madrid, que ha decidido alargar su horario de apertura para formar a
los consumidores “en la calidad de los productos que hay en el mercado y
aumentar el disfrute de las buenas copas”, afirma el barman, Miguel
Ángel Monroy, campeón de España al mejor gin-tonic.


Talleres clandestinos

Lo hace con su “Taller clandestino de Gin-tonic”, que recorre la
historia de la bebida, las formas de elaborarla y cómo apreciar y
diferenciar los sabores de cada destilado, en un ambiente que busca
emular a los “speakeasy” de Estados Unidos, los locales ilegales de la
Ley Seca donde los clientes estaban obligados a hablar bajo para no
llamar la atención.


“Realmente ha surgido un movimiento que ha pasado de los bares a los
hogares”, afirma Monroy, quien reconoce sorprenderse con las
sofisticadas elaboraciones de algunos asistentes al curso y el
conocimiento que tienen muchos de sus clientes.


Y la revolución ha llegado también a una empresa centenaria de
azafrán de Alicante, Verdú Cantó Saffron Spain, que ha encontrado en la
moda de los combinados una oportunidad de reinventar su negocio, con
sofisticados kits con semillas y especias para elaborar cócteles.


Sólo la línea de gin tonics de su sello “Toque Especial” representa
ya un 15 % de la facturación de la empresa, y la cifra “sigue
creciendo”, afirma Patrick de la Cueva, su gerente.


“Todo esto ha sido una revolución que nos ha obligado a probar cosas
nuevas, y también una oportunidad para entrar en el mundo de la
hostelería”, afirma De La Cueva, aunque reconoce que sus botánicos para
cócteles han entrado de lleno en los hogares -que representan un 70 % de
las ventas- más que en los bares.


Sin duda la idea de sorprender a los amigos o pasar un rato divertido
preparando copas en casa seduce a muchos consumidores, en barras
improvisadas en las que el gin-tonic es el rey, que vive un tiempo de
oro. Quizá una nueva aplicación terapéutica para esta bebida que nació
entre colonias y guerras.






 EFE Agro site

No hay comentarios:

Publicar un comentario