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jueves, 6 de junio de 2013

La FAO y OCDE prevén un crecimiento más lento de la producción agrícola mundial



La producción agrícola mundial crecerá un promedio del 1,5% al año durante la próxima década, más lento que el del periodo 2003-2012, de un 2,1%, según un informe divulgado este jueves en Roma por la OCDE y la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
Una reducida expansión de las tierras agrícolas, el alza de los costes de producción, la creciente escasez de recursos y el aumento de las presiones ambientales figuran entre los factores que han determinado tal tendencia, explicaron en una nota conjunta las dos entidades internacionales.
El informe sostiene, sin embargo, que la oferta de productos básicos agrícolas crecerá al ritmo de la demanda mundial y se espera que los precios se mantengan a medio plazo a niveles elevados.
El documento, que lleva por título 'Perspectivas Agrícolas OCDE-FAO 2013-2022', prevé que los precios "se mantengan por encima de la media histórica a medio plazo", tanto para los productos agrícolas como para los ganaderos, "debido a la combinación de una producción lenta y una mayor demanda, incluyendo de biocombustibles", sostiene el comunicado divulgado por la FAO.
Según los expertos, "la agricultura se ha convertido en un sector cada vez más orientado hacia el mercado, en contraposición a la orientación política que tuvo en el pasado, ofreciendo así a los países en desarrollo importantes oportunidades de inversión y de beneficios económicos".
También subrayan que, debido a la creciente demanda de alimentos, el potencial de expansión de la producción es elevado con sus relativas ventajas. Pero, pese a ello, los déficit de producción, la volatilidad de los precios y las perturbaciones en el comercio "siguen siendo una amenaza para la seguridad alimentaria mundial", advierten las dos organizaciones.
"Mientras las existencias de alimentos en los principales países productores y consumidores sigan siendo bajas, el riesgo de volatilidad de los precios es elevado", señalaron. Los expertos advierten que "una sequía generalizada, como la del 2012, unida a las bajas reservas de alimentos, podría empujar los precios mundiales del 15 al 40%".

La nota recalca que China, con una quinta parte de la población mundial, un alto crecimiento de ingresos y una rápida expansión de su sector agroalimentario, "tendrá una gran influencia en los mercados mundiales".

"Se prevé que China mantenga la autosuficiencia en los principales cultivos alimentarios, aunque se calcula que la producción se ralentice en la próxima década debido a las limitaciones de tierra, agua y mano de obra rural", estiman los expertos.
Durante la presentación del informe en Pekín, el secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Ángel Gurría, aseguró que "las perspectivas de la agricultura mundial son relativamente brillantes, con una fuerte demanda, el comercio en expansión y precios elevados".
Para el girector general de la FAO, José Graziano da Silva, "los elevados precios de los alimentos son un incentivo para incrementar la producción y tenemos que hacer lo posible para asegurar que los agricultores pobres se benefician de ellos", comentó.
"No olvidemos que el 70 por ciento de las personas que sufren inseguridad alimentaria en el mundo viven en áreas rurales de los países en desarrollo y que muchas de ellas son a su vez agricultores a pequeña escala y de subsistencia", recordó.

El informe estima que el consumo de los principales productos agrícolas aumentará más rápidamente en Europa Oriental y Asia Central, seguidos de Latinoamérica y otros países asiáticos.

Se espera que los países en desarrollo, por ejemplo, respondan por el 80% del crecimiento de la producción de carne y se queden con la mayor parte del crecimiento del comercio en los próximos 10 años.
Igualmente se calcula que esos países se quedarán con las exportaciones mundiales de cereales secundarios, arroz, semillas oleaginosas, aceites vegetales, azúcar, carne de vacuno, pollo y pescado en 2022.
Para obtener una parte de estos beneficios económicos, los gobiernos tendrán que invertir en sus sectores agrícolas para fomentar la innovación, aumentar la productividad y mejorar la integración en las cadenas globales de valor, destacaron los representantes de la FAO y la OCDE.

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